Volver a Casa
Mientras me tomo unos ricos mates pienso en las ganas que tengo de ir al jardín, mis pensamientos se diluyen en la realidad de que está lloviendo y no puedo contemplarlo, más que desde la ventana. Mientras me quedo mirándolo, como algo que se mira y no se toca, como haciéndome burla, pienso en los momentos que pasé con mi madre en su jardín, hace muchos años atrás. Esto siempre me hace volver a casa.
Volver a casa es un sueño que nunca deja de perseguirte. Es una realidad que no puedes vivir. Mucho tiempo ha pasado desde la última vez que visité casa, que me dejé enamorar por las plantas y flores de mi madre, que con mucho carño y esfuerzo siempre ha cuidado. Sus flores son como sus hijas que no están, son como su madre y las amigas y hermanas que ya no están. Mientras miro el jardín pienso en todo ésto, pienso en que lindo sería que podamos disfrutar ésto juntas. La lluvia y la neblina se apodera de mi y de mis fantasías.
Puedo ver a mis padres barríendo y cuidando un jardín creado con amor y esmero. Haciéndolo en una forma minusiosa y con deseos de que siga creciendo hasta estar todo como ellos quieren, que nunca es de una manera simple. A la vez la simpleza de las maneras hacen del jardín una cosa maravillosamente compleja y hermosa de ver. Volviéndo a casa.
Me gusta mucho oir los pájaros en el jardín, posándose en los árboles alrededor de la casa. Los puedo escuchar cantar y pasearse de un lado a otro, revolotéando sobre las cosas que los hace felices. El océano se vé chiquito y como sin gracia ante la belleza de la tranquilidad que aquí se vive. De repente podría ser algo muy claro al pensar que mientras contemplo mi jardín y el océano desde mi ventana, no me doy cuenta que estoy volviendo a casa, estoy en casa. Un refugio que siempre está disponible para cualquier alma que busca solaz y protección.
Me siento feliz, después de todo casa es lo que sentimos.

Buenísimo 🤣
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